jueves, 16 de abril de 2009

Dislocación


Una dislocación es lesión que da lugar a un hueso que es movido fuera de lugar. Cuando sucede esto, se estiran o se rasgan los ligamentos que sostienen el hueso en el lugar. El hueso puede ir nuevamente dentro del lugar correcto en sus los propios o puede necesitar ser puesto detrás en el lugar por un proveedor de asistencia sanitaria. A menudo, lesión que causa una fractura también causa una dislocación.
ESGUINCE

Qué es

Un esguince es la lesión de los ligamentos que unen los dos huesos que forman una articulación. Si la lesión es tan importante que el ligamento deja de poder sujetar los huesos en su posición y éstos se separan, se diagnostica una luxación.

La diferencia entre un esguince y una luxación es que en el primero la posición del hueso no varía, mientras que en la luxación los huesos se separan y esa separación mayor de lo normal puede observarse en una radiografía.

Cómo se produce

Esencialmente al forzar el límite máximo de movimiento de la articulación. Los mecanismos más habituales por los que se produce son:

- Los movimientos bruscos y excesivos, en los que se sobrepasa la amplitud de movimiento que permite la articulación, de forma que se distiende o desgarra el ligamento que mantiene unidos ambos huesos.

- Los accidentes, típicamente de coche, en los que se combinan movimientos extremos con fuerzas externas.

En algunas articulaciones, existen músculos potentes que fijan las articulaciones, contribuyendo a la labor de los ligamentos. Así pues, una musculatura potente y bien entrenada protege a los ligamentos, así si se exagera el movimiento se distiende antes el ligamento que el músculo, y su contracción refleja evita que la articulación exceda su límite máximo de movimiento.

La mayoría de los esguinces se producen en la columna cervical, pues es la parte más móvil de la columna vertebral y la que tiene una musculatura comparativamente menos potente.

Síntomas

Los ligamentos están inervados por fibras nerviosas, de forma que su distensión o desgarro produce dolor.

Un esguince, típicamente causa dolor local en la zona, a veces con dolor referido, con contractura muscular y limitación dolorosa del rango de movimiento. Después, un mecanismo neurológico puede desencadenar la inflamación .

Riesgos

Los esguinces en sí mismo suelen tener buen pronóstico y tienden a curarse espontáneamente.

La única posibilidad que empeora el pronóstico es que el esguince, al causar dolor, inflamación y contractura muscular, desencadene un episodio de dolor de espalda común que persista cuando el esguince ya se haya curado.

la contractura

La contractura muscular como causa del dolor de espalda

En estos casos, la contractura aparece esencialmente cuando se exige al músculo un trabajo superior al que puede realizar, ya sea intenso y puntual -por ejemplo, un esfuerzo excesivo- o mantenido y menos intenso -por ejemplo, mantener unas horas una postura inadecuada-. Por otra parte, algunas anomalías de la columna vertebral o desequilibrios de la musculatura favorecen que unos grupos musculares estén trabajando constantemente más de lo necesario, lo que les predispone a contracturarse.

Eso mismo ocurre cuando falta potencia a la musculatura y se le exige que realice esfuerzos que exceden su capacidad. Por ejemplo, algunos estudios científicos han demostrado que la musculatura paravertebral es simétrica; la del lado izquierdo y derecho tiende a ser similar con independencia de que el individuo sea diestro o zurdo. En pacientes que han sido operados de la espalda, o que han padecido dolores de espalda de forma crónica, la musculatura paravertebral puede atrofiarse hasta en un 80% con respecto a la del lado sano, facilitando un reparto asimétrico de las cargas, la sobrecarga muscular o discal y la aparición de nuevos episodios dolorosos.

En ese tipo de situaciones es fundamental hacer el ejercicio adecuado para cada caso específico, con el fin de contrarrestar esa tendencia y evitar la repetición de las crisis.

La contractura muscular causa dolor de espalda por varios mecanismos:

La contractura de un músculo activa directamente los nervios del dolor que están en él, desencadenando dolor de espalda.

Además, el músculo contracturado puede comprimir la arteria, disminuyendo su riego sanguíneo. En esa situación se forma un círculo vicioso porque el músculo con menos riego tiende a contracturarse más fácilmente y, además, la falta de sangre activa más los nervios del dolor.

Si esa situación se mantiene un período prolongado o se repite con frecuencia, el músculo se contractura cada vez con mayor facilidad. En esa situación, hacer el ejercicio físico adecuado es fundamental para romper esa tendencia.

rotura fibrilar



La rotura fibrilar supone, como su nombre indica, una rotura en mayor o menor grado de las fibras musculares que componen un músculo.

La causa principal suele ser por un esfuerzo intenso y explosivo que pilla al músculo poco preparado y no aguanta la tensión soportada y acaba rompiéndose. Aunque también una buena contusión puede provocarla. El calentamiento y saber regular la intensidad cuando el músculo está fatigado son factores muy a tener en cuenta para evitar este tipo de lesiones.

Los síntomas cuando se produce una rotura de fibras es un dolor punzante e intenso, el llamado signo de pedrada. A continuación aparecerá dolor a la contracción y a la palpación, inflamación y hematoma, dependiendo de la gravedad de la rotura. Lo primero ante estos síntomas es parar la actividad, por poca gravedad que pensemos que tenga la lesión, sino podemos agravarla aún más.